Cuando fallece un familiar bien sea por una enfermedad o por un accidente, sus allegados desean tener una última oportunidad para decir adiós. No es necesario ser un experto en la materia, pues ese momento se puede presentar en forma de corazones aunque pocos saben reconocerlo, así afirma Maria Rosario Rowan, autora del libro Corazonismo, espiritismo de corazones.
En este libro se explica la vida después de la muerte y que los espíritus se pueden comunicar a través de corazones.
A medida de que la personas aprenden a comunicarse con los espíritus, éstos pueden dejar corazones en cualquier parte de la casa, asegura la escritora.
Corazonismo es el tercer libro de Rowan, quien se basó en la experiencia vivida con dos sobrinos para transmitirles a las personas un mensaje de esperanza.
A diferencia de sus otros dos libros Corazones que susurran desde el otro lado y Corazones del más allá, en Corazonismo la autora responde una serie de preguntas recopiladas durante seis años de personas que desean saber sobre la vida después de la muerte.
Corazonismo tiene un capítulo completo con preguntas de mis lectores, recopiladas durante seis años y contestadas directamente por los espíritus, añade.
Cuántos planos hay; cómo viven los espíritus y en dónde; cómo contactarlos entre otras preguntas son respondidas en este libro.
La palabra corazonismo la inventó el espíritu de mi sobrina Betzabé junto con otros espíritus. Queremos que sea una especie de filosofía espiritual que define todo lo que esta comunidad cree. No es fácil que las personas crean en esto pero la experiencia los ayuda, comenta.
La escritora añade que estos corazones pueden aparecer en una mancha de agua con forma de corazón en una prenda de vestir, al cortar una fruta o vegetal o en una hoja en la puerta del hogar.
“La idea de este libro es enseñar a las personas a contactar a sus familiares a través de estas señales en forma de corazón. Es una especie de espiritismo moderno”, acota.
El libro será bautizado este 15 de septiembre en la Sala Cabrujas de los Palos Grandes.
(FUENTE: eluniversal.com)
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